sábado, 22 de abril de 2017

Las Nuevas Guaguas Azules,Anécdotas (1)

Las guaguas azules nuevas fueron algo así como Los Últimos de Filipinas o el Último Mohicano.
O,por seguir con el símil fueron como los últimos indios Onas (Selk´nam) de Tierra de Fuego.Cabe resaltar que las primeras guaguas azules nuevas datan del 73-74.Y que la última superviviente de los Onas,Angela Loij,falleció en 1974.Fué el inicio de unas nuevas y relucientes guaguas y el final de una milenaria tribu indigena,los Onas.Raro el contraste.
Lo que sí es coincidencia,es que ambas partes,las guaguas azules y los Onas,fueron algo así como los últimos supervivientes generacionales.Ya que después de que nuestras azules despareciesen,allá por el 76-77; el periodo de las líneas de guaguas municipales "muere" en la Capital.Y la etapa de líneas privadas de transportes públicos colectivos toca a su fin o casi.Ya que algunas empresas,Vimar,por ejemplo,se resisten a ser "engullidas" por la estatal Titsa.Dando comienzo al actual monopolio en el transporte isleño.
Pero centrándome en las "azules" y con motivo de una imagen que recientemente he desempolvado de mis archivos,
contaré una anécdota.
En mi época la guagua la utilizábamos todos o casi todos.Personas de diversas capas y extractos sociales coincidíamos en ella.Subían personas y personajes de toda índole:  divertidas,famosas,graciosas,dicharacheras;también apáticas,antipáticas,autoritarias y algunas con muy,muy "malas pulgas".

Del primer tipo de personas,las que daban vida o ponían un aire distinto al trayecto,voy a hablar.
Había una señora que subía desde el centro de la capital hacia el Bº La Cepsa-José Antonio-La Candelaria.Se apeaba en la parada Del Refugio.Era una señora menudita algo encorvada y que vestía siempre de negro.Bajo el brazo o junto a su seno,llevaba siempre apretadito un pequeño hatillo o bolsa,supongo que serían sus "tesoros".La sra.,aunque se veía que pasaba penas y estrecheces,jamás la vi mendigando en sitio alguno..Tenía un hijo,llamado Blás, que éste sí que pedía por las calles santacruceras.-De Blás, conozco algunas anécdotas.Que,tal vez,alguna vez contaré.-
Volviendo a la sra. en cuestión,de la que no recuerdo bien si se llamaba o la llamaban Merceditas.En la guagua tenía "sus trucos y técnicas".Antes,por lo general,todos cedían su asiento a las personas mayores,a las embarazadas,a las madres con niños pequeños y a las personas con alguna dificultad de movimiento.
Era norma de cortesía y buena educación.Claro,que incluso,ya por aquellos años 70,había algún que otro “bien educado" que la obviaba.Eran pocos,eso sí,por suerte..-Hoy,sobra decir,que es todo lo contrario,ya ningún joven o no tan joven,le cede el asiento a nadie.Vamos,sin exagerar,ni a sus abuelos se los darían.
Par este tipo de personas "muy olvidadizas" con sus obligaciones de buen ciudadano,la señora en cuestión tenía una “buena cura”:

Comenzaba a rascarse por todo el cuerpo y cabeza y hacía gestos y ademanes de esparcir los hipotéticos piojos hacia los que estaban sentados junto a ella.Que iba de pie,claro.Y,¡oiga,cristiano!, no quedaba nadie a su lado.Los asientos,ya fuesen de los frontales o de los tres laterales adosados de detrás del conductor;todos libres para su entera disposición.

La señora en cuestión.Al desempolvar esta imagen de mis archivos y verla me vino a la memoria sus "sus cosas" y sus efectivos trucos contra "los educados" usuarios de las guaguas, en el pasado.Hoy, a 
"los bien educados y respetuosos " usuarios de transportes públicos.Las "habilidades" de la buena mujer ni les afectaría.Ellos no le ceden su asiento ni a sus propios abuelos,por muchas pulgas o similares que les esparzan a su lado,ni con calzador los despegan de sus poltronas.Cosas de los Tiempos Modernos,supongo.....



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